20.2.12

Con el tiempo aprendes.

Después de un tiempo, se aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, que el amor no significa acostarse y una relación no significa seguridad; empiezas a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas; ahí es cuando uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Que hay que plantar su propio jardín y decorar su propia alma, en lugar de esperar a que alguien que te traiga flores. Aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno vale, y con cada día... uno aprende. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por compañía a tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

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