28.11.11

Se trata de madurar.

A veces nos sentimos solos aún estando rodeados de personas. Si nos damos cuenta, hacemos lo que sea para conseguir cariño, de mostrarnos como no somos para que nos quieran. Cuando maduramos y comprendemos esa sed de amor, nos lo tomamos con tranquilidad y ya no corremos como locos buscando llenar ese vacío. Esa ansia de amor insatisfecha ya no es tan dramática. Cuando maduramos y abandonamos el control sobre nosotros mismos, y lo dejamos en mano de otro cualquiera, entonces todo empieza a encajar, madurar es aceptar lo bueno y lo malo de la existencia con la confianza de que, en realidad, no pasa nada. Intentar evitar el sufrimiento no es bueno porque no lo lograremos jamás y, encima, perderemos la conciencia de la vida. Cuando aceptamos lo que más tenemos, la muerte, estamos preparados para vivir perfectamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario