31.5.11

:)♥


Todo empieza cuando y en el momento que menos te lo esperas.
No hay un momento preciso para ello, pero eso hace que tú poco a poco, día a día y minuto a minuto vayas perdiendo la cabeza, sin darte cuenta….en un proceso lento en el que hay varias fases.
La primera de ellas es la de la negación; no me gusta, tan solo quiero conocerlo, ser su amiga, hablarle…
Cuando consigues eso…le miras de vez en cuando, sientes con tanta ímpetu y ganas que te mire, que cuando lo hace (no sabes bien si ha pasado realmente o ha sido un simple espejismo) pero te mira, sean instantes…que para una persona “en estado normal” no significan nada, para ti lo son todo.
Un instante que sin duda se quedará grabado al menos durante el resto del día, y por ese mínimo gesto, detalle, mirada e incluso pequeña sonrisa, sonreirás y verás la vida quieras o no de una manera sonriente, altiva…en definitiva, optimista.
Cuando hablo de persona en un estado normal, me refiero a cuando no te pegas pensando todo el día en esa persona, en cuando la ves y no sientes nada, en cuando no estás deseando que la semana comience para verle de nuevo, en cuando no cometes locuras tontas e inconfesables, en cuando te enteras de cosas sin darte cuenta…si eso...que te guste él.
Cuando le ves, y quizás son instantes, vuestras miradas se chocan…pero se unen, tu corazón bombea, late deprisa, lo notas, miras a la demás gente fingiendo que no pasa nada, que todo va bien.
Pero no todo va bien, una parte de ti sabe que estás perdiendo la cabeza por él.
Cuando te habla, te pones nerviosa…pero lo intentas y le hablas, le contestas…para ti misma finges que no pasa nada, que ese chico no es más que un compañero, que un conocido, que un amigo…pero en el fondo de ti sabes que pensando así solo te estás engañando a ti misma.
Y sin darte cuenta pasan los días, las semanas, todo sigue su curso…
Largas conversaciones con tus amigas por teléfono, pedir consejos…verle y ponerte nerviosa.
Sí, es increíble que eso lo pueda producir una persona, ¿verdad?
Pero así es, sucede.
Y no deseas nada más, que acercarte a él, mirarle a los ojos que te hipnotizan, que saque a la luz su bella sonrisa, y que te la dedique….
Que un día te diga vente conmigo por ahí, saltémonos las normas previstas…inventemos un lugar donde la única norma sea que no hay normas. Está permitido todo.
Cuando me miras, me pongo nerviosa.
Cuando te miro sin que lo notes, me agrada verte…tan guapo, tan sereno, tan dulce…
Sí, quizá si el chico en el que estoy pensando leyera esto diría…no me gusta leer o madre mía que tiene ese chico…
¿Pero a ti no te sucede?
Olvídate de todo y piénsalo. Plantéate que la vida nos ofrece 1440 minutos, en los cuales no podemos permitir el lujo de perder el tiempo, porque puedes optar por estar con los amigos, divertirte, pasarlo bien… o, irremediablemente…esos minutos, esos instantes, esos momentos al día siguiente, esos precisamente desaparecerán, para no volver jamás.
Cuando te gusta alguien es increíble, como notas su ausencia, como notas que falta algo…
Como aprovechas al máximo esos momentos en los que de alguna manera conectáis…cuando hacéis algo tan simple como HABLAR.
Os miráis, habláis de cualquier tontería sin importancia, te ayuda, le ayudas, incluso te defiende y tú sin darte cuenta de lo que hace, en casa meditas y dices si iba por mí…
Vives con el miedo de que alguien o él mismo te descubran y te diga algo como, lo siento pero no eres mi tipo.
Te pasas las clases mirándole de vez en cuando…llamando la atención otro tanto…el resto del día pensando, escribiendo, comentando con amigas…
No sé porqué pero siempre cuando miro hacia un sitio, si él está cerca lo encuentro, lo veo.
Y SIEMPRE, al menos yo…Te preguntas:
¿Qué pensará de mí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario